El amor por el pasado sigue siendo tendencia, y apostamos a que lo será durante muchos años. Pero no hay que confundir dos términos que tienden a utilizarse como sinónimos: ‘vintage’ y ‘retro’. Podría parecer lo mismo pero no lo es, te explicamos bien sus diferencias y te mostramos algunos ejemplos en ámbitos como la decoración, la moda o los automóviles.
¿Por qué nos sentimos tan atraídos por productos del pasado? En un mundo cada vez más digitalizado volver la vista atrás para recuperar objetos de otras épocas es una tendencia en alza que no solo disfrutan aquellos nostálgicos que vivieron en ellas, también los millenials se han convertido en ávidos consumidores de todos aquellos productos que pueden considerarse vintage o cuyo diseño retro se inspira en otras décadas, sobre todo del siglo XX.
Según algunos estudios esta tendencia gana cada vez más adeptos porque los jóvenes de hoy día valoran en gran medida la exclusividad que ofrece un producto único encontrado en una tienda de antigüedades o una prenda conseguida en una tienda de segunda mano. Estos productos tienen un aura especial, muchas veces sorprenden por su singularidad, pero sobre todo hacen que sus compradores sientan que han adquirido algo verdaderamente único y exclusivo. Y si además lo han conseguido a precio de ganga, la satisfacción será todavía mayor. También se cree que los más jóvenes necesitan encontrar referentes sólidos en un mundo muy digitalizado donde todo cambia muy rápidamente. Esta inmediatez implica que lo que hoy es tendencia mañana ya estará pasado de moda, por eso volver la vista atrás proporciona una especie de lugar seguro donde refugiarse.
También influye mucho la idea de recuperar objetos, en vez de seguir produciendo y fabricando. Si miramos al mundo de la moda, una de las industrias más contaminantes del planeta, el hecho de comprar ropa de segunda mano se ha convertido en una opción muy atractiva entre los jóvenes que intentan apostar por un consumo más ético y sostenible.
Una vez analizado este boom nostálgico, es importante aclarar que vintage y retro no significan lo mismo. Veamos:
Vintage: Al ser una palabra inglesa no está reconocida por la RAE, pero su significado indica que estamos hablando de productos reales y originales de su época. Es decir, hablamos de cosas producidas en décadas pasadas que han llegado hasta nuestros días.
Retro: La definición de esta palabra sí la encontramos en nuestro diccionario, que la describe como: “inspirado en modelos de otra época o que evoca un tiempo pasado”. Por lo tanto aquí queda muy claro, que solo está inspirado en el pasado, pero no procede del mismo. No es realmente antiguo.
Y si hablamos de moda, aún hay que aclarar un concepto más, porque no es lo mismo una prenda de segunda mano que una prenda vintage. Para que una prenda sea realmente vintage debe tener más de 40 años y menos de 80, porque si pasa de esta cifra estaremos hablando de una antigüedad. Por eso, la mayoría de tiendas que encontramos en los barrios de moda de muchas ciudades del mundo son de segunda mano, porque sus prendas no suelen tener tantos años como para considerarse vintage. Una de las cadenas de ropa de segunda mano más conocida es Humana, que en el primer semestre de 2021 recuperó 2.173 toneladas de ropa. Modistos tan reconocidos como Lorenzo Caprile han afirmado que compran en este tipo de tiendas.
Por otro lado, el mundo digital no es ajeno al filón que supone la compra venta de productos de segunda mano. Plataformas como Wallapop o Vinted han sabido ver sus posibilidades, especializándose en la compra venta de todo tipo de objetos entre particulares, haciendo hincapié en la ropa.
En cuanto a la decoración, la castiza zona del Rastro madrileño es el paraíso de los amantes de los muebles retro y vintage. Hay que tener mucho cuidado porque hay imitaciones muy buenas de diseños clásicos del siglo XX con las que pueden engañar al comprador. Hay que tener en cuenta que si son realmente originales pueden alcanzar cifras de venta considerables, pero hay que confiar en los expertos en el tema para que no nos den gato por liebre. Un ejemplo de tienda de muebles realmente vintage en Madrid es Modernario, en el turístico barrio de Las Letras. Esta tienda está especializada en recuperar muebles europeos de los años 40, 50 y 60 de grandes diseñadores del siglo XX como Alvar Aalto o Ettore Sottsass. Arquitectos tan prestigiosos como Norman Foster son algunos de sus clientes.
Otro producto vintage que lleva años viviendo una nueva edad de oro son las cámaras analógicas, y también las cámaras instantáneas, con la recuperada Polaroid de nuevo a la cabeza, pero también han aparecido modelos de diseño retro muy atractivos, como la cámara Instax Mini 11 de Fujifilm o la Kodak Printomatic.
Los amantes de la música llevan años reivindicando el vinilo como objeto fetiche frente al auge de las plataformas de escucha de música en streaming. Los vinilos vintage son también piezas de coleccionista que se cotizan al alza. Y, por supuesto, unido al auge de los vinilos ha venido también la aparición de nuevos tocadiscos de diseño retro que hacen las delicias de los más nostálgicos.
Y para terminar, no podía faltar un sector que siempre ha sabido inspirarse en décadas pasadas: el automóvil. Los coches inspirados en décadas pasadas resultan atractivos y muy diferentes a los modelos imperantes hoy día, por ello, diseños de inspiración retro como los de la marca española Hurtan generan expectación allá por donde pasan. En VeryVip Cars disponemos de un showroom exclusivo de vehículos Hurtan para compra o alquiler para todo tipo de eventos, rodajes, bodas… e incluso pueden alquilarse para vivir experiencias inolvidables, escapadas cerca de Madrid donde se puede disfrutar tanto del viaje como del destino, que normalmente incluyen almuerzo o cena en restaurantes selectos. Estos coches están fabricados de forma artesanal en Granada y sus líneas elegantes recuerdan a modelos de los años 40, 50 y 60 del siglo XX. Inspiración retro y última tecnología para estos coches que triunfan en el siglo XXI.